Hay que dedicarle muchas horas para su elaboración ya que, requiere de la maestría que sólo puede dar la experiencia de muchos años de trabajo y dedicación a este arte culinario, para conseguir la textura y sabor único de los turrones de Elías.
Por supuesto, para hacer sus productos, Elías no escatima en materia prima y si en algo se diferencian sus turrones del resto existente en el mercado, es por su abundancia en almendras, previamente seleccionadas, y miel de abeja de primerísima calidad.
Cocina a fuego y con esmero el agua, el azúcar y la miel.
¡Hay que darle el punto exacto! Para que la masa salga perfecta y de eso se encargan el propio Elías y su hijo Ricardo, quien es el principal candidato para continuar la saga familia.
Cuando ya está fría la masa, se añade la clara de huevo que aporta al turrón el marrón claro que lo caracteriza, se añade la almendra horneada y troceada, un poco de matalahúva, limón y bizcocho rallado y ¡a mezclar todo muy bien!.
Para finalizar se le da forma a cada uno de los turrones con una prensadora, se le da forma a la galleta que cubrirá cada lado y se le coloca la cinta de cartón coloreado que cubre los bordes.
La forma de presentación es también muy cuidada por la familia Ramírez.